Hace poco más de 10 años, dos corredores franceses con experiencia en deportes de montaña se enfrentaron a una pregunta simple pero poderosa:
¿Cómo correr más rápido cuesta abajo sin sacrificar estabilidad y control?
Jean-Luc Diard y Nicolas Mermoud no querían conformarse con lo que ya existía.
Sabían que la innovación en el running se había centrado demasiado en hacer zapatillas más livianas y rápidas.
Pero pocas marcas se preguntaban si había una mejor forma de correr.
La respuesta no vino de los modelos tradicionales, sino de los deportes que mejor dominaban los descensos:
el esquí y el mountainbike.
Inspirados en las geometrías de estos deportes, diseñaron una zapatilla con una suela sobredimensionada, con más amortiguación y un perfil curvado
que favorecía una transición más rápida.
El resultado parecía demasiado radical.
Los primeros prototipos tenían un aspecto que rompía con todo lo visto antes:
zapatillas con una suela gruesa que contrastaba con la tendencia minimalista de la época.
Muchos dudaron.
Algunos se rieron.
Pero cuando los primeros corredores las probaron en terrenos técnicos, descubrieron algo que nadie esperaba:
una sensación de velocidad, comodidad y fluidez que nunca antes habían sentido.
HOKA acababa de nacer.
Pero su historia recién comenzaba…
Cuando los primeros modelos de HOKA salieron al mercado, los corredores más tradicionales los miraban con ojos críticos.
Una zapatilla distinta, para personas distinas (y locas por correr 🤪)
|